1-Diálogo de rutina entre la alcaldesa Ana María del Niño Jesús Meiners y su colaborador Alzonso Gómez.

Dígame Gómez ¿cómo estamos con el Chupameiners?

La señora alcaldesa se encontraba con los pies descalzos sobre el escritorio “Sabe qué Gómez, tengo retención de líquidos”, había dicho. Movía los dedos cada tanto “para activar la circulación”. “Tenés que mover los dedos de las patas si querés que se te afinen los tobillos” le había aconsejado su amiga experta en belleza y asesora del Municipio

El chupameiners tuvo algunas variaciones señora -dijo Gómez.  
No me diga que desplazaron del primer puesto a Alexis Bruno.
Así es señora –dijo Gómez- ahora el que va primero es el digesto “Edición Humo”
¡El periódico más importante de la ciudad me succiona los calcetines, muérase de envidia Gómez!
No sé por qué tendría que morirme de envidia señora –lagrimeó Gómez.
¡Porque usted quiere ser Intendente y hoy en día nadie le chupa la media, jua, jua!
No necesito que me chupen la media señora.
¡Por favor Alzonso, usted se muere porque le doren la píldora, pero va a tener que esperar, todo llega querido!

La señora se acordó de mover los dedos de los pies y comenzó a hacerlo colorada y dura como pastel de polaco.

Usted tendrá sus seguidores, Gómez, si tiene suerte dentro de unos años tendrá su “Chupagómez”, pero mientras tanto…
Mientras tanto ¿qué? –dijo Gómez bastante caliente.
Mientras tanto el objeto del deseo soy yo –sonrió la señora haciendo un esfuerzo sobrehumano para señalarse con la pata derecha.

Gómez hizo un sugestivo silencio. Enseguida se dispuso a poner violín en bolsa y tomarse el buque. “Esta fulana me tiene podrido”, pensó mientras reculaba haciendo una pequeña reverencia.

Gómez – dijo la alcaldesa sacando bajando los pies del escritorio- ¿Cómo quedaron en la tabla del chupameiners el loquitor Marnicho y la proctóloga Venderalle?
El loquitor perdió la punta porque se olvidó de elogiarla a usted y se puso a criticar a Macri, en cuanto a la proctóloga viene subiendo como pedo de buzo.
¿Y usted Gómez?
Yo ¿qué? –dijo Gómez
¿En qué lugar del ranking está usted Gómez?
No entiendo señora
¡Usted, me chupa la media o no me chupa la media, no se haga el gil Gómez!

El secretario con la cabeza gacha y visiblemente avergonzado dijo que estaba quinto en la tabla del chupameiners, detrás de “edición humo”, Alexis Bruno, la proctóloga y el loquitor resucitado.

¿Qué pasó Gómez, se distrajo o qué mierda?
Me distraje.
¿Acaso me está metiendo los cuernos? ¿A quién le está chupando la media Gómez?

Gómez reculó hasta que sus glúteos hicieron contacto con la puerta. La señora, descalza, con las piernas abiertas y los brazos en jarra lo taladraba con la mirada plantada en el medio del salón. El secretario levantó la mirada al mismo tiempo que abría la puerta del gran despacho y en ese instante fue cuando dijo que “él solo le chupaba la media a su mamá”.