La forma por la cual se llega al Municipio ha de ser la causal por la que resultan ser siempre los mismos los que se postulan. Será como dicen que uno pasa por la vereda de uno de los partidos mayoritarios dos o tres veces hasta alguno te llama, empezás pagando derecho de piso durante un tiempo, pegás carteles, repartís volantes, choripanes y, cuando menos te lo imaginás te meten en alguna lista. La cosa es estar cerca. Mirá lo que pasó con la señora Ana Copes de Bergamasco que terminó agarrando un rebote y se sentó en una banca en el Congreso. Hay que estar. Se lo merece la señora, porque siempre estuvo.
Pero volvamos a lo que queríamos decir. Lo que queríamos decir, preguntar más bien, es ¿cómo, resulta que con los mismos tipos de antes, de siempre, ahora parece que tendremos un cambio? Qué es lo que ahora va a ser distinto, si los que dicen eso, son los mismos fulanos que desde hace cuatro años repiten lo que estamos podridos de ver, o sea, algo bastante parecido a la NADA.

-Yo y este que me acompaña convocamos a todos a trabajar juntos.
-¿Por qué ahora y no antes?
-¿Cuándo antes…?
-Antes, antes de ahora, algún día de antes, ¿te olvidaste?
-Bueno, antes no se pudo.
-¿En cuatro años no se pudo? ¿Y por qué se va a poder ahora?

Es todo tan básico, tan obvio, esta generación que viene, parece tomar la política como una “carrera”, llegan a los cargos como quién llega a la gerencia de compras de una fábrica de jabón y no por capacidad sino por sorteo, se toma la función como una beca, un premio, un regalo de la providencia. Los sujetos ni siquiera se dedican a la función, trabajan en otra cosa y de taquito “hacen de” concejales, de Intendente, de cualquier cosa. Vos le preguntás a los tipos si se animan a hacer un guiso para cuatro comensales y te dicen que “no, que nunca cocinaron”, pero le preguntás si se le animan a la Intendencia y de diez, nueve te contestan que “sí”. Y es lógico, viendo la calidad de los que llegaron, ¿cómo no voy a poder yo? Dicen.

-¿Usted cree que lo eligieron por algo en particular?
-No. No sé.
-¿No sabe por qué lo eligieron?
-Sí, no, pienso que porque soy bueno.
-Bueno bueno, o bueno para algo.
-No bueno, tengo cara de bueno.
-Ah, bueeeeno…

Eso de que tenemos que hacer las cosas “todos juntos” ahora, porque parece que se les ocurrió a los candidatos que tiene que ser ahora y no antes, es, insufrible, infumable. La garantía de que los concejales que tendríamos que elegir ahora (que son los mismos que elegimos antes) van a hacer una enorme cantidad de cosas que antes no hicieron, es dudosa.
Me preguntaba por qué nadie habla en serio de las obras que no se hicieron, de lo que gastó el Instituto Municipal de la vivienda a cambio de casi nada, de lo que van a hacer con los jardines maternales paralizados hace rato, con las tomas de tierras del ferrocarril, con el palacio Stoessel, con los comerciantes que reclaman, con los vecinos a merced de los chorros.

-No hablamos de eso porque no nos conviene.
-Y dónde está lo distinto.
-Eso no importa, el asunto es que la gente nos quiera y nos elija.
-¿Y después?  
-Después volvemos a la normalidad.
-Otra vez sopa.