Hace unos años los actores, los músicos, los pintores eran visitantes corrientes de la Sala Dante Alighieri, hoy la sala cultural es una tapera la mayor parte del año. Y cuando se abre a la gente lo hace con propuestas escolares o desarrollos mediocres. La gente que debiera ocuparse de la cultura ha decidido no molestarse demasiado, no quiere comprometer el presupuesto (salvo en su propio sueldo) en actividades creativas. Y así sin aporte concreto del municipio la cultura oficial, se muere. Si es que no se ha muerto hace rato.